¡JUSTICIA! era la consigna, para una noche de festejo y de memoria.
Festejo por que apropiadores tuvieron la sentencia que, aunque no se repare el daño hecho, merecían saber por su cuenta, vivir con su vida, el logro que pudimos cumplir gracias a un hombre que se plantó firme cómo el mejor de los robles frente a todo aquello, un hombre que pidió perdón por ellos... y ¡qué se castiguen de rabia!, por que tuvimos nuestro espacio para poder decir "Basta" y por que ya todo, se les fueron de las manos.
La Memoria es para no olvidar.
Pero, ¿Qué no se debe olvidar?
No olvidar ese dolor que se lleva dentro. Esas épocas en el cúal no se podía gritar "Viva La Patria". No hay que olvidar esos 30.000 argentinos y militantes. Mucho menos, esos bebes que hoy todavía, se les busca el paradero y la identidad, el derecho que tenemos todos los Argentinos.
Ayer estuvimos acompañando a esas mujeres de pañuelos blancos, esas mujeres que aguantaron las malas horas y ellas solas sabrán, todo lo que guardan en sus corazones.
Ellas no piden medallas de honores, no piden nada por que con venderse no se vuelve atrás. Y eso nos demostraron, que con la lucha y el amor, se puede lograr lo que tanto esperaron.
Piden que sus hijos estén entre nosotros... piden que su lucha de hace 35 años, se quede en la memoria.
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